lunes, 29 de noviembre de 2010

UN TESTIMONIO DEL DESENCANTO

INTRODUCCIÓN

El autor de la presente nota José Bolo Bancayán es todo un personaje en la ciudad de Talara, y ha sido durante más de 30 años asesor laboral del Sindicato de Trabajadores de PetroPerú, empresa reducida en la zona a la refinería de Talara, la planta de distribución de combustibles y el Oleoducto Norperuano; al mismo tiempo ha postulado legítimamente en representación de los diversos partidos socialistas de la zona a la alcaldía talareña, aunque la última vez postuló por el frente de Unidad Nacional, sin mayor suerte.

Su testimonio sobre la realidad de PetroPerú es un testimonio valioso, de conocimiento “desde adentro” sobre la tragedia de PetroPerú y los efectos malsanos que tiene la intervención directa del señor Alan García sobre las más importantes decisiones en la que fue la principal empresa de la economía peruana. Al mismo tiempo como asesor sindical conoce las debilidades de los dirigentes de PetroPerú que lamentablemente privilegiaron intereses personales en detrimento de los intereses del conjunto.

En primer lugar; debiera llamar la atención la sumisión del directorio y gerencia general hacia el poder ejecutivo donde lamentablemente PetroPerú se ha convertido en un botín del gobierno aprista, donde los sindicatos según el autor de la nota tienen una grave responsabilidad y participación.

Este intervencionismo no solamente tiene que ver con los adeudos del Ministerio de Economía y Finanzas a PetroPerú por concepto del Fondo de Estabilización de Combustibles, también se relaciona con las directivas sobre el financiamiento de la llamada modernización de PetroPerú, donde se estiman inversiones sobre los 1,400 millones de dólares para su ampliación, con la unidad de desulfurización y tratamiento de crudo pesado. En tal sentido, siempre será un enigma porqué la actual administración cambió a la Corporación Andina de Fomento (CAF) por COFIDE como ente financiero, si el respaldo de la CAF en préstamos y patrimonio eras más de veinte veces superior a COFIDE que es una banca de segundo piso, con una pobre experiencia en inversiones energéticas.

En segundo lugar; al margen del proselitismo del gobierno actual en la administración de PetroPerú haciendo uso y abuso de la contratación de servicios de terceros, donde una empresa sin renta petrolera pues los lotes productivos fueron privatizados en los años noventa del siglo pasado, al igual que sus empresas filiales, tiene una creciente planilla de empleados cuando ya en el 2004 estaba demostrado que la refinería de Talara con una capacidad de producción de 65 mil barriles diarios estaba sobrepoblada.

En el mismo sentido cabría preguntarse ¿cuántos trabajadores han incrementado la planilla de PetroPerú entre el 2006 y el 2010 en las diferentes unidades que tiene la empresa como la refinería de Talara, Conchán, Edificio Principal etc.?

En tercer lugar; al margen del pesimismo que tiene Bolo Bancayán, pues debo suponer que ya no es asesor de uno de los sindicatos de la Refinería de Talara, en especial del que dirigía Juan Castillo More, creemos que es posible un manejo técnico y transparente de PetroPerú para beneplácito del país. Ello requiere responsables en la presidencia y el directorio de PetroPerú que no estén contaminados por la corrupción que es verdad el principal problema de PetroPerú y el país en su conjunto, donde lamentablemente este gobierno ha hecho “uso y abuso” de prácticas corruptas.

Por ello, recuerdo la gestión del Dr. Alejandro Nárvaez en la presidencia de PetroPerú donde con decisión y transparencia se pudo conducir a la empresa hacia resultados positivos, enfrentándose con el ministro privatizador de ese entones Jaime Quijandría y PPK.

Al margen de ello la empresa petrolera debe abrirse al mercado de acciones cotizando en la Bolsa de Valores, como hace Petrobras por ejemplo donde el 49% de las acciones se cotizan en bolsas internacionales, con la restricción de que ningún titular pueda retener más de 1% para evitar concertaciones y posiciones de domino. En fin este debiera ser un debate abierto pues con los altos grados de intervención política, difícilmente algún inversionista quisiera invertir en las acciones de PetroPerú.

Jorge Manco Zaconetti


Noticia del día domingo en el diario El Regional de Piura, leerla es muy importante:

ALAN GARCÍA ALISTA PRIVATIZACIÓN DE PETROPERÚ:

Domingo, 21 de noviembre de 2010: José Bolo Bancayán

Talara. ¿La historia se repite? En las elecciones de 1985 muchos talareños y en especial trabajadores petroleros simpatizaban con el Dr. Alan García, confiándole su voto democrático, y en el año 1987 este presidente de la República se los enfrentaba acusándolos de burócratas y hasta llegó a quitarles el beneficio de la Cláusula de Garantía que habían consignado en la Convención Colectiva.

En aquel gobierno Petroperú S.A., llegó a ser una empresa quebrada, pues por disposición del Poder Ejecutivo más costaba una botella de gaseosa que un galón de combustible. Ante ese estado catastrófico, y casi aislados e incomprendidos algunos levantamos la propuesta "Salvemos PETROPERÚ".

Llegó el gobierno de Alberto Fujimori y encontró terreno propicio para aplicar sus medidas privatizadoras, pues encontró UNA ADMINISTRACIÓN QUE PLENA Y TOTALMENTE SE HACÍA SUMISA A CUALQUIER GOBIERNO y era incapaz de hacer respetar la autonomía de la empresa establecida en su ley (Decreto Legislativo Nº 43). ENCONTRÓ ADEMÁS UN MOVIMIENTO SINDICAL DIVIDIDO Y MÁS ENTREGADO A ASUNTOS PURAMENTE ECONOMICISTAS.

Luchar contra la privatización y la defensa de PETROPERÚ fue una batalla dura en la que principalmente fuimos actores directos, personas que no teníamos vínculos con PETROPERÚ S.A. y simplemente actuábamos por sentimiento nacional. Eso lo hicimos a pesar que hoy somos vistos con indiferencia por parte de quienes laboran y administran en PETROPERÚ.

Pero llegó el proceso electoral del 2006 y muchos de los talareños y petroleros amnésicos olvidaron los enfrentamientos que tuvieron con el primer gobierno de García Pérez, y como si fuera poco, le depositaron su plena confianza para su segundo gobierno.

Hoy están volviendo a suceder asuntos que afectan la vigencia de PETROPERÚ, como el escándalo de los "petroaudios" que vincula a personajes del directorio de la empresa, y parece que si se continúa investigando resultará demostrada la influencia de Rómulo León Alegría sobre los altos funcionarios de ésta.

Nuevamente el gobierno desconoce la autonomía de la empresa y le tira "perro muerto" a PETROPERÚ S.A. NO PAGÁNDOLE LO QUE LE CORRESPONDE AL FONDO DE COMPENSACIÓN DE LOS COMBUSTIBLES; y ante este hecho, la administración de la empresa y en especial su departamento legal se muestra incapaz de poner en su lugar al Poder Ejecutivo.

La crisis se ahonda porque PETROPERÚ S.A. compró petróleo crudo a precios internacionales antes de la estrepitosa caída del barril que estuvo a US $ 140 y ahora se cotiza a US 74 dólares.

Pero los problemas de PETROPERÚ no quedan ahí, SINO QUE SUS TRABAJADORES Y FUNCIONARIOS PARECEN QUE NO HAN APRENDIDO QUE UNA DE LAS RAZONES QUE HIZO VIABLE LA PRIVATIZACIÓN EN EL PRIMER QUINQUENIO DE LA DÉCADA DE LOS NOVENTA FUE LA MALA IMAGEN QUE IRRADIÓ LA CONDUCTA DE VARIOS TRABAJADORES Y FUNCIONARIOS, QUE ERAN VISTOS COMO HECHOS SUBJETIVOS SIN MAYOR IMPORTANCIA.

Quizás muchos pensarán que las Leyes 28244 y 28840 eran tranquilizantes eternos, y que por lo tanto, al entrar estas normas en vigencia estaba permitido volver a las andanzas del pasado, en lo cual tienen responsabilidad también las dirigencias sindicales por no haber asumido con responsabilidad que entre los trabajadores y funcionarios se labore aplicando una mística de Moral de Productores.

La indiferencia ante los trabajadores subcontratados de la misma empresa (que ingieren sus alimentos en una intemperie contaminada) es una muestra evidente de la falta de cuidado de la imagen de PETROPERÚ S.A. Existen trabajadores subcontratados, sobreexplotados y sin derechos laborales, lo cual no parece importar a los funcionarios NI A LAS DIRIGENCIAS SINDICALES. La indiferencia lleva a pensar que LOS FUNCIONARIOS TIENEN INTERESES EN LAS SUBCONTRATISTAS.

PETROPERÚ hace poco manifestó que la empresa se autocontrola; pero, sin embargo, las denuncias que se hace en algunos medios de comunicación sobre inexplicables pérdidas de materiales o defectos en los registros de existencias, confirman que es poco o casi nada lo que se hace por cautelar los bienes de la empresa.

UN AUTOCONTROL SIGNIFICA QUE UN TRABAJADOR MUY BIEN PODRÍA HABER DENUNCIADO A OTRO TRABAJADOR O FUNCIONARIO QUE REALICE ACTOS IRREGULARES. LLAMA LA ATENCIÓN QUE UN JUEZ HAYA SEPARADO DE UN PROCESO A UN FUNCIONARIO CON MUCHA RESPONSABILIDAD EN LAS IRREGULARIDADES EN LA ADMINISTRACIÓN DE MATERIALES, PARA SÓLO INVOLUCRAR A TRABAJADORES QUE RECIBEN ÓRDENES.

La historia se repite en este segundo gobierno del Dr. García Pérez: La injerencia política abusando de la falta de personalidad profesional de los funcionarios de PETROPERÚ está llevando a esta empresa a la inoperancia.

La deuda de 800 millones de soles que el gobierno adeuda a la empresa por el Fondo de Compensación de Combustibles, las pérdidas por comprar crudo a precios altos, la variación del tipo de cambio que se aplica en los créditos asumidos por esperar el pago del Fondo de Compensación de los Combustibles.

A pesar que PETROPERÚ S.A. tiene un Código de Ética y una Comisión de Ética y Transparencia, la moral de productores, los principios y valores éticos están disminuidos. El Código de Ética se hizo conocer en una conferencia dictada al personal, pero casi nadie lo conoce, ni menos se pone en práctica, el argumento es que es difícil que un adulto cambie.

Si bien en una forma de intervencionismo que no corresponde, porque por un lado el gobierno debió respetar la autonomía de la empresa y por otro lado, no puede hacer el rol de regulador por expresa prohibición de la Constitución, se dispuso la rebaja del precio de los combustibles, pero de contrabando se incrementó el Impuesto Selectivo al Consumo (inclusive es un nuevo impuesto al petróleo industrial 6).

Contra este intervencionismo y utilización de PETROPERÚ S.A. por parte del gobierno de turno para gravar más impuestos, la administración y sobre todo el departamento legal de la empresa aún mantienen un silencio de consentimiento a las acciones del Poder Ejecutivo.

Desde hace dos años PETROPERÚ S.A. ya daba signos negativos en sus resultados económicos, en enero el año 2007 la rentabilidad era -9,2%, que finalmente fue superada, pero esto se ha ido agudizando y hoy se torna insostenible.

UN DIRIGENTE SINDICAL EN SU AFÁN REELECCIONISTA OFRECIÓ A LOS TRABAJADORES GESTIONAR UN ADELANTO DEL PAGO DE UTILIDADES DEL EJERCICIO ECONÓMICO 2008, LO CUAL HA PASADO A SER UNA PROMESA INCUMPLIDA PORQUE SÓLO EN UN CUENTO DE HADAS SERÍA POSIBLE QUE UNA VARITA MÁGICA CAMBIE LA SITUACIÓN ECONÓMICA.

Para PETROPERÚ S.A. el gobierno del Dr. Alan García Pérez constituye un ave de malagüero, porque se repite la historia de la crisis económica, pero culpables son los mismos trabajadores que olvidaron que en el quinquenio 1985 – 1990 la política intervencionista del gobierno arruinó la empresa, pero como buena parte de los peruanos somos masoquistas y hasta olvidamos la historia, el año 2006 eligieron nuevamente un gobierno que hoy suma acciones nefastas. Interior y exteriormente PETROPERÚ S.A. es una empresa que casi nadie la cuida, y son quienes la administran y trabajan en ella, más el gobierno del Dr. García quienes le crean condiciones para liquidarla.

Quienes no siendo trabajadores ni menos administradores de PETROPERÚ, la defendimos y que anhelábamos su potenciación, hoy nos sentimos defraudados, porque nuestra incondicional cuota de sacrificio fue tirada por la borda. Ahora, ¿A QUIÉN BUSCARÁN COMO DEFENSORES?

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