lunes, 17 de mayo de 2010

GAS DEL LOTE 56: PERNICIOSA EXPORTACIÓN

SI VAS PARA CHILE
A diferencia de destacados profesionales y líderes de opinión siempre he sostenido la posición que el problema con el gas del “Gran Camisea”, lote 88, lote 56, lote 57, lote 58, no es un tema de reservas de gas natural. En lo fundamental el cuello de botella es la débil actividad exploratoria que se mide por el número de pozos exploratorios, que conllevan riesgo geológico y económico. Por ello, las empresas del Consorcio Camisea que son accionistas de los lotes 88 y 56 están explotando las reservas de gas y líquidos de gas natural, reinyectando más de 700 millones de pies cúbicos diarios. Se debe tener presente que dichas reservas fueron descubiertas en el pasado por la transnacional Shell y devueltas al Estado peruano según lo estipulaba el contrato firmado.

Se debe recordar que en los años ochenta cuando se negociaba el llamado “Acuerdo de Bases PetroPerú-Shell”, los cuatro lotes en referencia estaban englobados en lo que se denominaban respectivamente lotes 38 y 42. Es más, en ese entonces en el antiguo lote 42, hoy reconocido como lote 88, solamente en las estructuras de San Martín/Segakiato y Cashiariari/Armihuari, la transnacional holandesa Shell con una inversión de casi 200 millones de dólares estimaba “las reservas “in situ” en doce billones de pies cúbicos de gas y seiscientos cincuenta (650) millones de barriles de GLP y condensados”. Por tanto, con un factor de recuperación de 75%, las reservas de gas superaban los 9 billones de pies cúbicos o trillones según la nomenclatura que se adopte, con la información correspondiente a 1988.

Es decir, como no hubo acuerdo entre la transnacional holandesa con el Estado, los lotes con las reservas probadas, probables y posibles más la infraestructura revertieron al país, el lote 88 en julio de 1998 y el lote 56 en el 2000. De allí, que una posición moderna que preserva el interés nacional debe sustentar la tesis que las reservas de los lotes 88 y 56 deben estar destinadas al mercado interno para que nuestro país tenga seguridad y la autonomía energética en el largo plazo, con una integración regional energética con gaseoductos hacia el sur (Tacna) y hacia el norte (Piura), a precios razonables que otorgue competitividad a nuestras industrias con un consumo eficiente, apostando por políticas de valor agregado como la petroquímica básica, intermedia y avanzada.

Para PerúPetro el organismo promotor de la inversión y supervisión de los contratos de hidrocarburos, existiría un potencial superior a los 37 TCF (trillones de pies cúbicos en la nomenclatura inglesa, que corresponden a los billones nuestros). El respaldo sería el factor de éxito que tienen las perforaciones en las diferentes estructuras de lo que fueron los antiguos lotes 38 y 42. Así por ejemplo Repsol/YPF en el año 2007 perforó en el lote 57 un pozo y encontró reservas estimadas conservadoramente en 2 TCF. En esa misma línea la petrolera estatal del Brasil Petrobrás en el 2009 perforó un pozo exploratorio en el lote 58 encontrando reservas de gas que podrían estimarse sobre los 5 TCF, que serían reconfirmadas con los dos pozos adicionales que se darían a conocer en el presente año.

MÁS EXPLORACIONES

El gobierno actual con el Presidente de la República, el Presidente del Consejo de Ministros y el ministro del sector anestesiaron a los presidentes regionales del sur con las cifras de inversión y las reservas probadas y reservas certificadas. Como trajinados políticos expresaron que actualmente existen más de 15 TCF (Trillones de pies cúbicos) que serían más que suficientes para asegurar el mercado interno por más de 18 años y al mismo tiempo respetar el contrato de exportación de Perú LNG que comprometen un poco más de 4.2 trillones de pies cúbicos, es decir, se garantiza el proyecto de Repsol/YPF con Hunt Oil básicamente. Agréguese a ello la oportuna seguridad de Petrobrás de abastecer el Gaseoducto Andino del Sur con las reservas del lote 58.

Es más, como parte de los acuerdos de agosto del 2009 entre el gobierno y las empresas del Consorcio Camisea se asumieron compromisos para realizar 12 perforaciones exploratorias con riesgo calculado entre el 2010-2014. Así, mediante la Carta Pluspetrol Perú Corporation-CO-09-0334-GOB se adoptaron acuerdos para perforar 6 pozos en el lote 56 (Consorcio Camisea), 3 pozos en el lote 57 (Repsol/YPF), a ello debieran sumarse los 3 pozos del lote 58 bajo responsabilidad de Petrobrás, con inversiones superiores a los 415 millones.

También como parte de las negociaciones se asumió que las exportaciones de gas licuefactado del lote 56 que se inician en junio próximo no debieran comprometer las reservas del gas del lote 88 hasta el 2014. De allí, que de confirmarse mayores reservas en el lote 56 como producto de la fuerte actividad exploratoria se liberaría del compromiso de exportación los 2 TCF del lote 88 que se “arreglaron” artificialmente en diciembre del 2005 para otorgarle sustentabilidad al proyecto de exportación.

Por tanto, con estos antecedentes se presume con un alto grado de confianza que se encuentren mayores volúmenes de gas y líquidos, de allí que el argumento de la insuficiencia de gas natural para el mercado interno quedaría desairado. En cambio, lo que debiera interesar como país son las condiciones de abastecimiento del mercado interno con los contratos vigentes, es decir, los precios regulados que debieran tener las reservas de los lotes 88 y 56 si estuviesen destinados al mercado interno frente a los “precios de mercado” del gas proveniente de los lotes 57 y 58 que abonarán regalías del 5%.

¿QUÉ RENEGOCIAR?

Evidentemente si en el Ministerio de Energía y Minas durante la gestión del sr. Jaime Quijandría durante el gobierno del presidente Alejandro Toledo, se hubiesen reconocido las reservas del lote 56 descubiertas por la Shell, más de 2 TCF y más de 230 millones de barriles de condensados como reservas probadas, todo proyecto de exportación tendría que asegurar prioritariamente el mercado interno. Es más, hasta ahora resulta toda una “incógnita” como PerúPetro pudo promover un contrato de exportación en el 2004 con las autodenominadas “reservas probables” del lote 56. Esto no ocurriría en ninguna parte del mundo.

Si PerúPetro hubiese convocado a una subasta internacional y no entregarlas directamente mediante negociación directa al mismo Consorcio Camisea las reservas probadas del lote 56 se hubiesen pactado con mejores condiciones en cuanto precios y regalías, asegurando para el país un mayor grado de confianza y estabilidad.

Desde nuestro punto de vista este es el problema fundamental. El proyecto de exportación del Consorcio Perú LNG (Repsol/YPF, Hunt Oil, SK de Corea y Marubeni) compromete las reservas de gas del lote 56 estimadas en 2.66 TCF, con el agravante que para darle sostenibilidad al proyecto de exportación se realizaron una serie de cambios legales, “todo un cambalache” para que más de 2 TCF del lote 88 refuercen el proyecto de exportación. Lamentablemente nada de esto se quiere debatir en el Congreso de la República a pesar que existen importantes Informes de Investigación sobre estos lesivos contratos de parte de congresistas como el de José Carrasco Távara del partido de gobierno (APRA) como informe mayoría y el de Fredy Serna de la oposición como minoría, para discutirse en la Comisión de Energía y Minas del Congreso de la República.

Como país debieran interesar los precios del gas de exportación pactados en infames contratos con mínimas regalías para el fisco. Así, no resulta razonable que en el país el gas natural del lote 88 tenga un precio de US$ 1.79 por millón de BTU para la generación eléctrica abonando una tasa de regalía de 37.24% (aproximadamente 0.66 centavos como regalía), frente a un precio de exportación considerado para al Estado de menos de US$ 0.53 centavos por millón de BTU con una regalía de 38% (aproximadamente 0.20 centavos como regalía).

Es decir, el precio del gas natural de exportación y las regalías serán menores a los precios vigentes en el mercado interno, lo que reproduce un patrón colonial de exportación de tipo mercantilista: “compra barato y vende caro”

Con la información correspondiente se tiene el conocimiento que la Planta de Manzanillo en México estará operativa recién en el último trimestre del 2011, por tanto la exportación del gas de Pampa Melchorita hacia Norteamérica no será posible, de allí que los 620 millones de pies cúbicos diarios que le “pertenecen” al Consocio Perú LNG, que tiene como responsable de la exportación a la transnacional Repsol/YPF, tendrá mercados alternativos, y existe la fuerte presunción que la Planta de Quinteros está esperando ansiosamente dicho gas, pues los precios que está pagando Chile son precios de necesidad que están por encima de los US$ 10 dólares el millón de BTU.

Si bien en el pasado reciente el máximo representante de Repsol/YPF firmó una carta de compromiso con el ex ministro de Energía y Minas Juan Valdivia de no exportar el gas de Camisea hacia el vecino del sur por los problemas de delimitación marítima que tenemos con dicho país, la tentación es muy fuerte. Los precios del marcador para Norteamérica como el Henry Hub están deprimidos alrededor de los US 4.70 dólares el millón de BTU, y en Chile por la creciente demanda de energía se está pagando más de US$ 10 dólares el millón por BTU. Por tanto, resultaría natural que el mercado chileno por la cercanía y disponibilidad de sus dos plantas regasificadoras, es decir que convierten el gas líquido en gas gaseoso, recepcionen el gas del lote 56.

Debemos suponer que parte de las conversaciones sostenidas entre los presidentes del Perú y Chile en España tengan en su agenda la cuestionada integración energética con el vecino del sur. Si bien, nuestro país tiene importantes reservas de gas natural en el subsuelo que las empresas transnacionales irán “descubriendo” en función de la rentabilidad y los precios vigentes en el mercado. Por ello, debo insistir que nuestro problema no está en relación a los volúmenes de reservas sino al uso, destino y usufructo de los recursos naturales como el gas natural del Gran Camisea. Es decir, el problema fundamental es la soberanía de la Nación sobre los hidrocarburos.

Por ello, cualquier proyecto exportador debiera sustentarse en las reservas descubiertas por los propios interesados. En tal sentido, si a Repsol/YPF y Petrobrás les resulta rentable exportar el gas del lote 57 hacia México u otro país tienen el respaldo de la ley de hidrocarburos. En tal sentido, siempre hemos sostenido que el proyecto exportador del Consorcio Perú LNG (Repsol/YPF, Hunt Oil, SK de Corea y Marubeni de Japón) debe caminar con sus propias reservas descubiertas, y las irregularidades contractuales debieran ser materia de revisión que auspicien una renegociación, a pesar de las afirmaciones del Presidente de la República en defensa del contrato de exportación. De no hacerlo así, el fantasma de Evo Morales estará reptando en el sur del Perú incendiando las praderas con el candidato del Nacionalismo Ollanta Humala a la vanguardia.

1 comentario:

Unknown dijo...

¿Que dice el principio de Desarrollo Sostenible?

"Un desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus necesidades".

Entonces, ¿puede el Gobierno permitir la exportación del Gas Natural si esa exportación va a comprometer la demanda de las generaciones futuras?